Disfunción orgásmica en la mujer

La mujer que presenta disfunción orgásmica, tiene dificultades en alcanzar el orgasmo, aún cuando reciba estimulación sexual eficaz y prolongada. 

No está claro si las mujeres pueden llegar a una respuesta orgásmica sin antes pasar por la fase de Deseo y lubricación del ciclo de respuesta sexual femenina. Es la inhibición de esta fase que caracteriza, típicamente, otro problema -mas delicado y grave- que es la "inhibición sexual generalizada femenina". El equivalente en el hombre, sería la eyaculación sin erección.
La mujer con "inhibición sexual generalizada", es aquella que ha sido rotulada históricamente como "frígida". El término "frígida", evidentemente es no científico, inexacto, peyorativo e injusto. Con frecuencia mayor de lo que sería deseable, ha sido usado -agresivamente- como queja por parte del hombre cuya mujer no desea mantener relaciones sexuales tantas veces como él lo desea. Una misma mujer puede ser rotulada de frígida por un marido que desea el sexo mas frecuentemente que ella, y de "ninfomaníaca" o con "fiebre uterina", por un marido que desee relaciones sexuales menos frecuentemente. Los términos "frígida" y "frigidez", fueron sustituídos por las expresiones "inhibición sexual generalizada", o "no reactividad sexual generalizada", términos mas científicos y claramente separados de la "Disfunción orgásmica femenina".
El síntoma característico de la mujer con "Inhibición sexual generalizada", es que está totalmente desinteresada por la vida sexual y no se excita cuando se le suministran los estímulos necesarios para ello. Puede ser absolutamente no reactiva sexualmente, comunicando una anestesia sexual de tal orden, que no experimenta ninguna sensación táctil cuando es tocada en el clítoris o la vagina. Por otra parte, puede ser relativamente no reactiva sexualmente, en el sentido que tiene la sensación de que la están tocando o acariciando al ser genitalmente estimulada, pero no experimenta esas sensaciones como eróticas. Las mujeres que tienen cualquiera de estas categorías de inhibición sexual generalizada, se muestran típicamente ausentes, distantes psicológicamente.
Las mujeres que son absolutamente no reactivas pueden hacer todo lo posible para evitar todo contacto sexual, porque no gustan de ser tocadas o "manoseadas"; son emocionalmente reprimidas y exhiben muchas señales de comportamiento psicológico "complicado". En cambio otras mujeres, en un grado de menor inhibición, pueden ser bien ajustadas en general y -en algunos casos- simplemente inhibidas solo en el área sexual. Estas últimas suelen encarar las relaciones sexuales como "un deber", pero llegan a practicarlo y hasta disfrutar de las caricias eróticas. En algunos pocos casos, y excepcionalmente, pueden llegar al orgasmo aunque no obtengan significativo placer en esa experiencia.
Hemos detallado algunas características de la llamada "Inhibición sexual generalizada", para contrastarla y oponerla a la "Disfunción orgásmica femenina", que nos ocupa. La mujer con anorgasmia, puede tener un período de no reactividad relativa, pero en general tiene excitación y lubricación. Frecuentemente desean, les gusta e inician la actividad sexual. La mayoría alcanza los estadios de excitación muchas veces intensa, acompañados de lubricación y sensaciones subjetivas de excitación sexual cuando son estimuladas y casi todas acceden y se complacen con el coito. Algunas mujeres pueden exhibir fuertes señales de placer sexual: gemidos, apretones, pellizcos, etc. Lo único que les falta es el orgasmo, por ésta razón, muchos autores las designan como "preorgásmicas". No importa cuan excitadas queden, e independen de cuanta estimulación sexual eficaz le sea administrada durante la relación. No progresan en la curva y quedan habitualmente "a las puertas" del orgasmo. La equivalencia en el hombre, es la eyaculación prolongada, o con mayor precisión la aneyaculación.
Durante años, los terapeutas clasificaron a las mujeres anorgásmicas en coito, como sexualmente disfuncionales y neuróticas. Se decía que la carencia de orgasmos era debida al escaso o nulo contacto pene-vagina, porque la mayoría de estas mujeres podía tener orgasmos con caricias clitoridianas. Ahora, entretanto, existen amplias evidencias de que el canal vaginal, carece de terminaciones nerviosas. Mal puede, por lo tanto, ser origen del orgasmo.
La estimulación manual del clítoris externo, para llegar al orgasmo ocurre en el 20 a 30 % de las mujeres del mundo occidental y se encuentra dentro del rango de la normalidad. Las investigaciones de los últimos veinte años, han puesto de manifiesto que el pene, cuando penetra y/o sale del conducto vaginal, hace tracción sobre la piel del clítoris, constituyéndose así, en una vía de estimulación indirecta, que no tiene nada que ver con el roce vaginal del pene. Esa estimulación, sumada a la presión del hueso pubiano masculino contra el hueso pubiano femenino, favorecida en determinadas posiciones, proporciona la mayor parte de la estimulación genital físicamente erótica, que la mayoría de las mujeres experimenta durante el coito.
No hay duda alguna que muchas mujeres obtienen intenso placer psicológico de la sensación de tener un pene contenido en su vagina. Hay un sentimiento de intimidad y comunicación íntima, que es en sí mismo, un poderoso estímulo erótico. Hay también con frecuencia, una cantidad considerable de estimulación extragenital excitante que ocurre durante el coito. Los tipos de actividad pre-coital como abrazar, acariciar, tocar los pechos y besar, son estimulantes poderosos. Otras experiencias sensoriales, como son los estímulos visuales, contribuyen adicionalmente para la excitación sexual de la mayoría de las mujeres durante la práctica amorosa. Todo este detalle es importante, porque sin la intervención del clítoris, es casi imposible alcanzar un orgasmo.

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