El deseo sexual se apoya en las fantasías


¿Por qué no nos atrevemos a contar nuestras fantasías sexuales? ¿Puede ser una relación satisfactoria sin ellas? La sexóloga Valérie Tasso recopila en 'Confesiones sin vergüenza' los secretos mejor guardados de las mujeres.
Durante varios meses Valérie Tasso condujo el Club'Cincuenta sombras', un club que organizó reuniones por varias ciudades de España donde la sexóloga habló sobre cómo trasladar la ficción de la famosas trilogía a la realidad. En esos encuentros se compartieron secretos y fantasías sexuales que fueron el germen de su obra reciente, 'Confesiones sin vergüenza' (Grijalbo).
De la mano de mujeres (anónimas, pero reales) de distintas edades, estatus sociales, estados civiles y preferencias sexuales, Valèrie Tasso propone un viaje por las fantasías sexuales descritas en su obra con dos objetivos claros: desculpabilizar y apoyar, pues, a su juicio, la gran mayoría de las mujeres suelen sentirse culpables por tener fantasías. "Leer las fantasías de otras mujres nos ayuda a liberarnos y, de alguna manera, a entender que no tienes por qué desear practicar todo aquello que imaginas. Cuando entiendes esto, todo fluye mejor", revela.
Para Valèrie Tasso, el deseo y las fantasías forman parte del imaginario erótico de una persona. De hecho, está convencida de que sin fantasías sexuales, resulta difícil tener relaciones satisfactorias. "A modo metafórico, se puede decir que la fantasía sexual se apoya en la cama (o en el lugar en el que practiques sexo) y el deseo sexual, en la fantasía. Eso no significa que la fantasía se haga realidad, pero sí que tiene que ver con que una parte de esas fantasías van a nutrir el deseo", sentencia. "Cuando una mujer acude a mi consulta y me dice que no siente deseo por su pareja, mi misión como terapeuta es trabajar con las fantasías porque es lo que nos permitirá reactivar el deseo. La fantasía es el abono de la interacción sexual", explica.

La fantasía es el abono de la interacción sexual"

VALÉRIE TASSO
Pero a la hora de trabajar con las fantasías, la experta considera fundamental aprender a diferenciar las fantasías de aquello que realmente queremos probar. "No estamos diciendo que lleves a la práctica lo que imaginas o aquello con lo que fantaseas. Las fantasías son eso, fantasías... Y se diferencian de los deseos en su capacidad transgresora (que varía de una pareja a otra pues lo que puede ser tremendamente transgresor en un caso, lo es menos en otros) y en que forman parte del imaginario erótico, no de la realidad", argumenta. Para ilustrar esta idea pone un ejemplo ilustrativo: "Imagina que tu vecino te está molestando porque está poniendo la música alta. Esta situación puede llevarte, en algún momento, a fantasear con la posibilidad de 'cargarte' a esa persona. Pero... lógicamente, si estás sano (mentalmente hablando) no llevas a cabo ese pensamiento. Pues con el sexo pasa algo similar... Yo me puedo imaginar que un tipo me secuestra y que usa cierto tipo de violencia conmigo que en esa fantasía me gusta. Pero estamos hablando de algo imaginado. Si crees que realmente quieres que te secuestren y te violenten puedes tener miedo de ti misma y a pensar que no andas bien de la cabeza", comenta.

La capacidad de transgresión a la que se refiere Valèrie es fundamental pues lo que puede ser una fantasía para una persona o una pareja, puede ser un deseo real para otra. Por ejemplo, mantener relaciones sexuales en el cuarto de baño de un restaurante puede ser para una determinada pareja una fantasía sexual que quizá nunca lleven a la práctica, si su forma de relacionarse con el sexo es algo más conservadora. "El nivel de transgresión que suponga para esa persona es lo que marca que se trate o no de una fantasía", comenta.


Fuente: Mujerhoy.com

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