¿DOLOR DESPUÉS DEL SEXO? ¿POR QUÉ?

Surge de manera extraña. Porque durante el encuentro, al ritmo de los embates del pene no se perciben molestias. Todo fluye, sin embargo una vez que has orgasmado o llegado a la eyaculación (femenina, o masculina; recuerden que ambos eyaculamos), surge una especie de calambre o intenso dolor pélvico. Las causas parecen obedecer a muchos factores.

1. Inflamación del colon: Una vez que se dan las contracciones obvias de la respuesta orgásmica o el reflejo que se expresa (además de la oleada placentera) como contracciones vaginales, pélvicas y la vibración de la próstata, se genera presión en el colon y éste digamos ‘pelotea’ o recibe movimiento.
2. Tensión en el grupo muscular de la pelvis, incluidos los pubococcígeos o suelo pélvico porque el estrés suele concentrarse en ésta zona, no se diga si pasas mucho tiempo sentado. Al haber tal tensión, cuando te excitas y se envía sangre a esa zona y posteriormente se pone ‘a trabajar’, la sometes a esfuerzo, obvio va a provocarse dolor. Es como poner a hacer pesas a un bíceps que está contraído, tenso. A pesar de que movemos esta zona al caminar, los músculos de la entrepierna no se activan tan fácilmente.
3. Es un efecto nervioso, es decir se envían señales de dolor a través de la espina porque la conexión sensorial placentera y del dolor se comparten en la misma zona cerebral.
4. Y el más simple de todos, por falta de lubricación vaginal. A veces estamos tan excitados, que esa adrenalina que se libera nos impide sentir que nuestros genitales se están lastimando. Tanto la vagina como el pene por el roce ‘en seco’. Pero una vez que todas esas sustancias que engañan al cerebro, bajan, empieza el dolorimiento. Nunca comiencen la faena si ella está algo seca; aunque en el momento digan ‘Um, no, no duele. Sigue’.
Si un dedo por ejemplo no se desliza suavemente y sin ninguna molestia, es momento de colocar una buena cantidad de lubricante tanto en el pene como en la entrada de la vagina. Y entonces se olvidarán de esos menesteres.
Ahora, no confundan con el dolor coital, o sea las molestias (por lo general femeninas) durante la penetración. La dispareunia (dolor coital) puede ser desde emocional-psicológica somatizada u orgánica por lo que es importante que te hagas checar por un ginecólogo para descartar procesos infecciosos o inflamatorios por diversas causas.
Pero cuando la lubricación era adecuada y esto se debe a tensión en los músculos de la pelvis, apliquen dos ejercicios:
Los famosos ejercicios de Kegel para darle tonicidad al suelo pélvico. Son contracciones en series, apretando como si quisieras aguantar la orina y elevando o cerrando el ano. Se deben hacer a diario y tantas veces como desees.
O bien, apliquen el -llamado por mí- Masaje de la rana. Es muy simple, da mucho alivio y puede ser hasta placentero. Semi recostados, con la espalda recargada en almohadas (pueden estar viendo la tele si gustan) tanto hombres como mujeres abran las piernas como rana, es decir, dejándolas caer lateralmente quedando sus tobillos cerca uno del otro. Como ancas de rana. Coloquen sus manos en las entrepiernas dejando el dedo pulgar justo en la zona donde la pierna deja de ser pierna para convertirse en labios mayores o testículos. Ahí masajeen circularmente con el pulgar, de manera relajada, hagan presiones y con los dedos-que quedaron en la mera entrepierna- igualmente den presiones relajantes.
Esto flexibilizará el grupo de músculo y si lo hacen de manera regular, verán que ese famoso dolor inexplicable va desapareciendo. Es mero estrés ahí acumulado, cuando tienen un día de presiones o angustias ahí envían mucha de la energía contenida y tensan de manera inconsciente.
También pueden acostarse por completo y elevar las piernas mientras dan masaje, después tomarse de los pies o tobillos abriendo el ángulo de las rodillas lo más que puedan para estirarlas. Y por las mañanas, cuando se den el estirón de siempre antes de levantarse estiren las piernas aún acostados en la cama tensándolas lo más que puedan y relajándolas, elévenlas de nuevo como rana tomándose los tobillos y comenzarán el día con menos estrés pélvico
Hagan tanto los Kegels como el Masaje de la Rana y verán que la situación cambia o disminuye.
Fuente elsyreyes.com

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