TIPS PARA USAR UN VIBRADOR POR PRIMERA VEZ

Usar un vibrador por primera vez no es fácil ni difícil, en realidad se trata de otra cosa. Simplemente por ser algo nuevo y tremendamente sensual, se viva en soledad o en compañía, estrenarse con él resulta toda una aventura inolvidable, pero no siempre memorable
vibradores
¿Pero, cómo empezar? En contra de lo que seguramente estás pensando, no hay que ir directos a los genitales. Acariciarse el cuerpo previamente con él (la cara, el cuello, los brazos, las piernas, el pecho y demás) es una manera fácil de comportarse con naturalidad, sin nervios ni pudor.

RELAJARSE Y DISFRUTAR

También hemos de tomar precauciones al utilizarlo si la máquina no está diseñada para resistir el contacto con el agua. Por lo tanto, nada de tener la piel mojada (no en la ducha, en el baño, piscina ni con la piel húmeda), si bien podemos aplicarnos una loción corporal o un aceite de masaje que nos agrade para facilitar las caricias.
Tras unos días de práctica o, sin necesidad de esperar tanto, cuando nos sintamos cómodos con el vibrador será el momento idóneo para llegar a las partes íntimas. Despacio, lo acercaremos al clítoris, a la vagina, al pene y, en general, en distintas zonas erógenas o , en el caso de los vibradores especiales para hombre o mujer, justo allí donde el vibrador ha de trabajar.
En todo momento sentiremos unas suaves vibraciones que podemos modular según la presión ejercida, los movimientos o el lugar donde se aplique. Una experiencia que también podemos hacer distinta si probamos accesorios intercambiables.
Si sientes que tu mano vibra demasiado, un truco es bajar la potencia o también introducir uno o dos dedos en la vagina para controlar mejor el aparato. Aunque las primeras veces tampoco se trata de alcanzar el clímax. Simplemente hemos de encontrar la manera de sentir el vibrador como algo cercano y cotidiano.
Bastarán sesiones de un cuarto de hora diario, aproximadamente, para ir familiarizándonos con él. Aunque, lógicamente, eso no significa que todo el mundo vaya a reaccionar igual ni necesite esta adaptación. Por lo tanto, si vas más deprisa y tu experiencia es placentera, mejor que mejor.
Utilizarlo en pareja es otra opción. Incluso puede llegar a ser más divertido y fácil al poder compartir las sensaciones o aprender juntos a conocer vuestros cuerpos de forma individual y recíproca. Porque, aunque sean máquinas, en realidad son dispositivos dirigidos por personas que pueden variar la presión, velocidad y elegir donde se aplica, al igual que ocurre con las caricias o los besos.


Fuente sexologos.net

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