Soñar con sexo no es de salidos

Encuentros furtivos con una desconocida, relaciones sexuales con un famoso o contemplarse a uno mismo practicando una felación son algunos de los sueños más recurrente de hombres y mujeres. A menudo, sobre las sábanas de la cama se libera el estrés en forma de orgasmos nocturnos.



En algún momento de la vida, todo el mundo ha mojado las sábanas con un sueño húmedo. Sigmund Freud consideraba que los sueños eróticos están relacionados con el pensamiento más porno y perverso de las personas. A día de hoy no hay una evidencia científica de que esto sea verdad, pero hay quienes pretenden encontrarle un sentido a todo en la vida. ¿Cuál es, en teoría, el significado de los sueños sexuales más comunes?
Calvin Kai-Ching Yu y Wai Fu, de la Universidad Shue Yan (Hong Kong), realizaron un test a 58 jovenes en los que se les preguntaba cuál era su sueño más recurrente cada noche. Adivinad: ¡hacerlo con mujeres totalmente desconocidas! Ellas, al parecer, sueñan con practicar sexo oral.

Follar con un famoso

Necesidad de abrirse al público. En personas introvertidas o vergonzosas es un sueño común. El personaje famoso constituye la vida pública que ansían tener y no pueden.

Cuando tu pareja practica sexo con otro

A casi nadie le gustaría ver cómo su novio o novia está zumbando con otros, a no ser que sea un amante del rollo liberal. En cualquier caso, tener este sueño significa estar pasando por una fase de transición en la vida, como si te vieses reflejado o reflejada en el cuerpo de la pareja.

Fantasear con una relación homosexual

Antes de empezar a cuestionarte tu sexualidad debes saber que este tipo de sueños aparecen ante temores o represiones en la vida cotidiana y que eres incapaz de exteriorizar (como mandar a tu jefe a tomar viento).

Practicar sexo oral

Es símbolo de seguridad, de estar conforme con tomar un decisión. El hecho de dar y recibir placer describe a personas con un amplio círculo social.

La diferencia entre el sueño y el deseo

Soñar y desear son dos cosas diferentes. Al soñar lo hacemos de forma involuntaria pero cuando deseamos somos totalmente conscientes de ello. Por ejemplo, soñar con ser forzada a practicar sexo constituye un acto involuntario del cuerpo humano que puede llegar a excitar pero que al despertarnos puede conllevar un sentimiento de culpabilidad. Ocurre lo mismo cuando se sueña con cometer una infidelidad.
La diferencia con respecto al deseo es que el pensamiento nace para dar placer y llega a satisfacerse a través del orgasmo. En cualquier caso, son dos conceptos que aunque separan el mundo onírico de la realidad se ayudan mutuamente para lograr las metas personales.


Fuente: Goonzo

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