EL EROTISMO Y LA PORNOGRAFÍA TAMBIÉN SON COSA DE ELLAS

¿Moda pasajera o cambio de mentalidad en lo que al consumo de productos eróticos se refiere?

El éxito de ventas de la trilogía iniciada por ‘Cincuenta sombras de Grey’, novela romántica aderezada con unos toques de porno ‘light’, ha llamado la atención sobre un hecho: las mujeres también demandan material sexualmente explícito.

El ‘fenómeno Grey’ es una hábil jugada comercial en la que los torsos desnudos que copan las cubiertas de la novela rosa han sido sustituidos por máscaras, corbatas y esposas que recuerdan al universo mostrado por Kubrick en ‘Eyes Wide Shut’.
Una pátina de respetabilidad y aires de ‘qualité’ que remite a la operación efectuada en la década de los setenta con ‘Emmanuelle’: hacer que el erotismo sea algo respetable para casi todo tipo de públicos.

La revolución en la pornografía orientada a mujeres
Se ha abierto un camino hasta ahora poco transitado para una serie de creadores que reclaman un papel diferente de la mujer en la literatura o el cine erótico. Esta semana, Erika Lust ha anunciado que comercializará su última película, ‘Cabaret Desire’, en grandes superficies comerciales.

La directora, responsable de títulos como ‘ Live Love Lust’ o ‘Barcelona Sex Project’, lleva desde 2005 dirigiendo largometrajes en los que las mujeres “no son meros objetos bonitos que están ahí para ayudar a los hombres a tener placer”.

Este cambio notable respecto a la mayor parte del cine X enfocado a la audiencia masculina quedó plasmado en su libro ‘Porno para mujeres’ (Editorial Melusina), en la que la autora se pregunta, entre otras cuestiones, si es compatible el porno y el feminismo o si este género puede enseñar a las mujeres cosas sobre su sexualidad.

James Deen (no confundir con James Dean) es un actor poco convencional para los cánones del cine X. Adorado tanto por sus compañeras de reparto como por muchas espectadoras que aprecian su carisma a la hora de realizar su trabajo, posee un físico ‘normal’ y es capaz de transmitir una sensación de naturalidad poco habitual en el género. Es una ‘rara avis’ en la industria y, en cierto sentido, supone una revolución en la estética que domina este tipo de cine.

En definitiva, las sombras de Grey, los trabajos de Lust o la existencia de un actor como Deen nos dan una pista del futuro de una manifestación cultural que, hasta hace poco tiempo, seguía siendo cosa de hombres.

Fuente terra