CAUSAS PRINCIPALES DE DEBILITAMIENTO DEL SUELO PÉLVICO

El parto vaginal, algunos deportes, el estreñimiento o la obesidad son factores de riesgo que pueden desembocar en incontinencia. Fortalecer nuestro suelo pélvico puede reducir estos problemas.
bebe
Seguro que has oído hablar en muchas ocasiones del suelo pélvico y de la importancia de cuidarlo para prevenir problemas futuros, pero no te queda claro aún qué factores pueden contribuir a debilitarlo. En este artículo describimos las circunstancias que pueden producir debilitamiento del suelo pélvico y sobre las que se pueden desarrollar programas de prevención.
Sin lugar a dudas, la principal causa de daño de los músculos y ligamentos de sostén del suelo pélvico es el parto vaginal. Dependiendo de cómo se haya desarrollado el embarazo, el periodo de dilatación y el expulsivo final del bebé, se derivarán futuras molestias y anomalías en el funcionamiento de la vejiga, del recto y, por supuesto, de la sexualidad.
Otros factores de riesgo que pueden generar daño en el suelo pélvico son:
  • El estreñimiento crónico.
  • Algunas prácticas deportivas que ocasionan un aumento repetitivo de la presión intraabdominal, como correr.
  • La obesidad o sobrepeso que está claramente relacionado con la debilidad de los tejidos de sostén de la vejiga.
  • Pacientes de enfermedades respiratorias crónicas y grandes fumadoras que a causa de los accesos de tos repetidos y enérgicos acaban desarrollando también debilidad y defectos anatómicos.
  • Y, por último, mujeres que han sido sometidas a cirugía ginecológica o a tratamientos agresivos como radioterapia de tumores pélvicos, por ejemplo,  y que pueden sufrir a posteriori alteraciones de la estructura del suelo pélvico.
Por lo tanto, es muy importante mantener hábitos de vida sanos y realizar ejercicios destinados a fortalecer el suelo pélvico cuando se de alguna de estas circunstancias y en especial durante el embarazo y el postparto.
Fuente centradaenti.es

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿QUÉ ES EL BONDAGE?

Sexo tántrico

¿Por qué nos excitan tanto los besos?